El Belén
La idea del belén ya se conocía en los siglos III y IV por pinturas en cuevas y catacumbas. Según diferentes fuentes, la primera representación del Portal de Belén se le atribuye a San Francisco de Asís y tuvo lugar en Italia en la localidad de Greccio, en el Valle de Rieti a principios del siglo XIII.
El arte del belenismo fue introducido en España por el rey Carlos III durante el siglo XVIII, encargando a varios artistas valencianos y al murciano Francisco Salzillo más de 200 figuras para la realización del famoso Belén del Príncipe, su hijo Carlos IV.
Al nombre de Francisco Salzillo se une la imaginería murciana y el mundo del belén.
Esta tradición se ha mantenido viva hasta nuestros días, conservando las técnicas ancestrales que aún perduran, puesto que la elaboración del belén continúa siendo manual y la materia prima básica es el barro.